Nací un día sin que fuera consciente de ello, viví mis primeros años feliz, disfruté mi infancia y sobre todo mi adolescencia y juventud muy feliz y dichoso, disfrutaba cada instante, me reía con mis amigos y tuve un noviazgo largo y con altibajos, como se hacían las cosas antes.
Hasta que me llegó la pesada losa de la responsabilidad de forjarme un futuro.
Así empezaron mis angustias por sacar buenas calificaciones, luego mejores y luego las suficientes para conseguir una carrera que me garantizara un trabajo. Una carrera difícil porque las cosas que merecen la pena cuestan mucho trabajo.
Cuando conseguí el trabajo comenzaron las preocupaciones por conservarlo y ,entre tanto, dos niños primero uno y luego más tarde una, pero tal es mi carga por conseguir mantener ese puesto de trabajo y mi sentido de la responsabilidad que los años pasaron sin ser consciente de que también es vida la vida que hay entre un día de trabajo y el siguiente.
Ahora soy consciente de ello pero es tarde para recuperar lo perdido.
Ahora soy consciente de ello pero no sé como retomar mi vida.
He llegado al tiempo de hoy y sigo añorando aquellos tiempos de mi infancia feliz y despreocupada.
